DECLARACION DE PRINCIPIOS Y BASES DE ACCION POLITICA UNIR
I). Afirmamos que la Nación es la realidad histórica y social por excelencia, superior, anterior y ulterior a las clases, grupos, sectores e individuos que la integran. Que la realización del destino de todos ellos supone la realización del destino de la Nación. Que nadie tiene derechos en una Nación que no los posee, ni nadie puede considerarse libre en una Nación que no lo es. Los Intereses nacionales poseen supremacía respecto de cualquier otro y configuran el criterio rector para la acción política y estatal, pensando y obrando por el bien común.
II) La Nación Argentina sólo se realizará a través del cumplimiento de su vocación Rioplatense, Hispanoamericana. Andina y Austral. Confiando en si misma y encontrándose consigo, mucho más que haciendo buena caligrafía hacia fuera. Nuestra fortaleza como país es y será la mejor carta de presentación en el mundo. Si nos respetamos inexorablemente nos respetarán. Si ganamos prestigio adentro tendremos prestigio afuera.
III). La Nación cumple su destino principalmente por medio del Estado, que debe ser su instrumento. Pero como el Estado ha sido entre nosotros vaciado de su esencia política, convertido en objeto de usufructo de camarillas internas y recurrentemente sometido a los poderes financieros transnacionales, nuestro primer objetivo es nacionalizar el Estado y tornarlo eficiente, operativo y funcional. Un Estado eficiente y funcional no es sinónimo de ‘Estado grande’, sino de ESTADO INTELIGENTE Y OPERATIVO. Por eso, se establecerá el sistema de concursos para el ingreso de modo que sólo sea el mérito y la idoneidad las llaves para acceder a los cargos La ley de ÉTICA PÚBLICA se aplicará estrictamente, desterrando el nepotismo y el acomodo. Esta racionalización debe consistir, tanto en la recuperación para los argentinos de la plenitud de decisión política del Estado, como en su descentralización conforme a las exigencias del federalismo histórico –que es una de las grandes asignaturas pendientes – y de las Regiones geoeconómicas, con miras a la integración territorial. El Estado deberá desburocratizarse y agilizar su acción, único modo posible para cumplir con su misión. Empero, la Nación no logrará su destino ni hallará su rumbo si no participan todos los sectores privados. Si el Estado es fundamental, la iniciativa privada complementa y energiza a la Nación. No queremos una Argentina ‘estatizada’, sino un país integrado por todo el arco de sectores que lo componen. El Estado es instrumento, no fin. La realización de cada uno y de todos los habitantes del país es el objetivo superlativo. En suma, el Estado es un instrumento al servicio de la Nación y en absoluto a la inversa. El emprendedurismo privado es la clave para que el país reflorezca. La
desburocratización y la reducción del tamaño y del gasto del Estado son claves para que la Argentina privada se vitalice y con ella el país.
IV). Ello supone una Dirigencia política que no tenga compromisos más que con la misión histórica que se ha fijado. Debe ser la heredera
natural de los movimientos nacionales del pasado, y encarnar al mismo tiempo a todos los valores creadores que permanecen ocultos o dispersos en esta hora de postración colectiva, dominada por la desazón y el descreimiento y, lo que es grave, por la resignación. Y, más gravoso, por la incertidumbre acerca del destino.
V). Las circunstancias declinantes del país que datan de varias décadas determinan que esa dirigencia se manifieste como partido político. Pero no en el sentido de “parte”, de facción, sino de conjunto amplio que comprenda, desde el llano, a todas las fuerzas de la Nación viva en su realidad y en su diversidad, con el fin de obtener la realización del destino común mediante su agrupamiento y organización. Esta no puede, en esta hora, limitarse a la labor meramente intelectual, debiendo asumir en plenitud su rol y dimensión políticos. No se reúne para su autosatisfacción, sino para asumir su responsabilidad. Entendemos que el sistema institucional reclama la presencia y actuación de partidos políticos tan sólidos como sanos en su funcionamiento. La labilidad de los partidos es un mal para el país. La Argentina no necesita abandonar la política, sino de buena política. De mucha buena política.
VI). Sostenemos la vigencia plena de la Constitución Nacional, el federalismo político y económico, la independencia y probidad de la Justicia y la unidad nacional.
VII) Aspiramos a equilibrar la distribución de la población en el territorio nacional y de cada provincia para lo cual promoveremos un vasto plan de descentralización político y económico; promoveremos el trabajo, gran dignificador individual y social, a través de planes de estudio profesional duales que habiliten para ejercer y desempeñar tareas apenas egresado del ciclo secundario y de estímulos para crear empresas, sobre todo Pymes, que movilicen los recursos, creen bienes y empleo, con creciente especialización, innovación tecnológica y apuntando al mercado interno y también al de exportación. Fomentar el emprendedurismo es abrir el horizonte al país y a cada uno de sus miembros.
VIII) La integración del Sur de América es una ensoñación de la historia y un objetivo a concretar. El MERCOSUR debe revitalizarse y desplegarse por la
geografía sudamericana.
IX) UNIR tiene la intención de disminuir la carga o presión impositiva, sobre todo al trabajo, a la producción y a las pymes en especial. Para ello el equilibrio fiscal será una meta irrenunciable al igual que neutralizar los factores que inducen a la inflación – esencialmente la emisión de moneda sin respaldo -, un flagelo que castiga a los más vulnerables y pone trabas al desarrollo. Lo primero que debemos promover es una Política de Estado antiinflacionaria.
X) La Argentina necesita un PLAN NACIONAL DE DESARROLLO de naturaleza orientativa – no imperativa – para que todos los actores y sectores tengan una directriz de hacia dónde se dirige la Nación.
XI) El Mar es nuestra vasta llanura marítima o ‘Pampa mojada’. Es el horizonte a terminar de incorporar y es el que ensancha nuestro futuro. El Mar y la Antártida Argentina son indivisibles del territorio continental. Allí estamos desde hace más de un siglo y allí permaneceremos para desplegar nuestro genio hacedor como Nación.
XII) La Defensa Nacional es un mandato de la Constitución que debemos cumplir plenamente. Lo primordial hoy es dotar a la Armada y la Prefectura del equipamiento para custodiar nuestra Mar y asegurar el despliegue de nuestro trabajo antártico. Asimismo la Fuerza Aérea y el Ejército requieren de CAPACIDADES para neutralizar las nuevas amenazas, como el delito complejo transnacional, los ciberataques, el terrorismo y el narcotráfico. Se propenderá a la Conjuntez de las FFAA y a la mayor coordinación ente Asimismo, se reforzarán las Capacidades de las FFAA y sus fuerzas especiales de Respuesta Rápida. Seguridad interior y Defensa Exterior deberán alcanzar un funcionamiento complementario, en el marco de la doctrina de la Seguridad Ampliada. Se establece que las Fuerzas Armadas no actuarán en ningún caso como fuerzas de Seguridad, salvo catástrofes, graves emergencias o peligros para objetivos estratégicos. Igualmente, se buscará integrar el sistema de Defensa del Sur de América comenzando por una Agencia Integrada de Inteligencia Criminal Transfronteriza. La Argentina es pacífica y por eso debe fortalecer la defensa nacional. Para UNIR ruge cabalmente si quieres la paz, prepárate para defenderla.
XIII) La reivindicación de las Malvinas, Georgias del Sur y Sandwich del Sur es irrenunciable y permanente hasta conseguir el objetivo, tal como lo establece la cláusula transitoria primera de la Constitución. En la Antártida estamos desde 1904 y allí seguiremos estando, irrenunciable y definitivamente.
XIV) Los fondos de los jubilados son intangibles. Se controlará estrictamente su asignación para que toda inversión tribute al acrecentamiento de esos fondos y así posibilite la mejora de los haberes.
XV) Las reformas que el país necesita deberán llevarse adelante más allá de posturas culturales arraigadas que las impiden. La inmensa mayoría del país sabe que hay que introducir modificaciones a nuestro desenvolvimiento colectivo. Para que haya más trabajo hay que modernizar la legislación laboral. Para que tengamos más inversiones hay que reducir impuestos. Para que dispongamos de una clase pasiva con haberes dignos hay que terminar con el trabajo no registrado y actualizar la ley previsional sin descartar regímenes complementarios que refuercen al sistema., Si seguimos haciendo lo mismo que nos trajo estancamiento – y en términos reales, decadencia – no podremos jamás recuperar al país y desparramar prosperidad en y para nuestro pueblo. Hoy, lo único que obtenemos manteniendo el sistema vigente es distribuir pobreza y penurias, no obstante la fenomenal
disponibilidad de bienes y recursos empezando por los humanos.
XVI) A la corrupción hay que erradicarla mediante herramientas que inhumen a su matriz, la impunidad. La honradez administrativa no sólo tributa a la ética pública, sino que también auxilia a obtener mejores resultados para la gestión de gobierno.
XVII) Hay que despertar sueños movilizadores en nuestra Nación. Podríamos realizar una epopeya cívica memorable: el resurgimiento de la gran Nación, llamadora de la Unión del Sur americano.
XVIII) Esta faena es colectiva y es política, no entendida como un sector partidista, sino como una voluntad general conmovida por decisiones y acciones políticas. El partido UNIR se autoconcibe como una herramienta para motivar esa unión de voluntades argentinas, dándole un método político para el logro de grandes objetivos nacionales. El individuo no se subsume en la colectividad, sino que la realización de los anhelos de cada uno se consuma en la realización común. La política que necesita la Argentina es la que sostenga y realice el Bien Común. Política que enarbola la Libertad y la Unión.